Los alrededores de Sarrión estaban preciosos, hacía sol, pero no mucho calor. Todo empezó bien, una parcela despejada, fue fácil marcarla… incluso pudimos dejar el coche cerca.
El trabajo es fácil, delimitamos una parcela de 10×2 metros donde estudiamos que especies hay. En uno de sus lados largos, delimitado con una cinta métrica, cuantificamos la cobertura vegetal eso implica recorrer la cinta métrica viendo en que partes las plantas contactan la cinta.
Pero claro, esto es trabajo de campo, y la cosa se complica, las parcelas no siempre caen en sitios despejados.
Así que hay que protegerse, por que hay que medir la cobertura y estudiar las especies en toda la parcela, caiga donde caiga.
Aunque cueste de creer, solemos encontrar alrededor de 30 especies diferentes en cada parcela, y no siempre es fácil saber a que especie pertenece ese tallito que asoma entre las piedras, pero de eso ya hablaremos más adelante.
Así que eso es parte de lo que hace un biólogo en el campo, al menos mientras está trabajando. Hasta la próxima.
Jaume